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6. Rotura de fibras o desgarro muscular

La rotura fibrilar, también conocida como desgarro muscular o distensión muscular, es una lesión en donde las fibras que componen al músculo se rompen. Suele producirse cuando el músculo realiza una contracción violenta acompañada de un estiramiento simultáneo.

 

Sintomas:

Al producirse la rotura fibrilar hay una aparición de dolor brusco, intenso, con una sensación punzante que conduce a una impotencia muscular más o menos marcada.

En la exploración, el músculo es doloroso a la palpación, encontrándose una zona más dolorosa,que a las 24-48 horas se suele delimitar a un punto. La movilidad activa y pasiva son posibles, pero con dolor, al igual que el estiramiento. El dolor no cede con reposo. A la palpación puede notarse una muesca, que incluso se puede observar si se trata de una lesión superficial.

 

Causas:

Las causas principales por las que se producen estas lesiones se deben generalmente a:

- Esfuerzos máximos e intensos en un momento determinado como, por ejemplo, cambios de ritmo, movimientos explosivos, sprints, etc.

- Un entreno insuficiente. La falta de preparación física provoca un riesgo elevado de lesión. El entreno regular permite un desarrollo de la masa muscular, facilita la restauración rápida de la función muscular después del esfuerzo y disminuye el riesgo de la lesión muscular.

- Calentamiento insuficiente. Un insuficiente calentamiento no permite al músculo alcanzar sus marcas máximas. Es importante un calentamiento adecuado, progresivo y prolongado de todos los grupos musculares antes de realizar una actividad física o deportiva para prevenir las roturas musculares.

- Agotamiento muscular o sobrecarga muscular de repetición. Al realizar la práctica deportiva de forma habitual y con intensidad media-alta durante largos periodos de tiempo, el músculo va adquiriendo una carga y disminución de la elasticidad que provoca que se vuelva susceptible de sufrir esta lesión. En estos casos, los tratamientos manuales de descarga periódicos pueden ayudar a evitar roturas fibrilares.

- Traumatismo directo.Como consecuencia de una contusión o golpe. Un golpe directo a un músculo provoca la ruptura de sus fibras, pudiendo llegar a provocar un desgarro muscular

- Otras causas. También debemos de prestar atención al estado físico general, una deshidratación excesiva, una infección latente, un estado febril o gripal e incluso un cansancio excesivo son factores que predisponen a estas lesiones.

Tipos de roturas de fibras:

Vienen determinadas por la cantidad de fibras musculares que se desgarran en la lesión.

Grado I (rotura fibrilar leve o microrotura fibrilar): existe un estiramiento o rotura de alguna fibra muscular. El paciente experimenta una ligera molestia y una tumefacción mínima. Normalmente no es consciente de la lesión cuando se produce, pero sí después de la actividad física o incluso al día siguiente.

Grado II (rotura de fibrilar parcial o moderada): también denominado desgarro muscular, en este caso hay una mayor ruptura de fibras del musculo . La palpación en la zona afectada es dolorosa. Puede haber tumefacción, hematóma, pérdida de movilidad y afectación de la marcha. El paciente habitualmente nota un dolor agudo o “pedrada” en el momento mismo de la lesión.

Grado III (rotura de fibras total): este grado presenta la rotura completa del vientre muscular o de la unión miotendinosa. A la palpación apreciamos un defecto notable y amplio o un hueco en el vientre muscular. Existe menos capacidad de movilidad y carga. Hay un dolor más intenso que en los grados anteriores y aparece un edema y hematoma importante.

 

Las localizaciones más frecuentes de roturas fibrilares son: recto anterior del cuadriceps (parte anterior del muslo), aductores (parte interna del muslo), gemelos (pantorrilla) e isquiotibiales (parte posterior de muslo).

 

Diagnóstico y tratamiento:

Los fisioterapeutas a través de una anamnesis (síntomas y signos del paciente), pruebas manuales y palpatoria podemos diagnosticar el tipo, localización y tamaño aproximado de la rotura y seguidamente tratar y aconsejar de manera específica y personalizada. Ya cada rotura fibrilar es distinta a otra, y por ello el tratamiento debe ser adaptado a cada caso.

También se pueden diagnosticar a través de pruebas radiológicas como ecografia muscular o resonancia magnética, en este caso es importante no realizarla el mismo día en el que se ha producido la rotura y esperar al menos 48-72 horas y disminuya la inflamación para realizar dichas pruebas.

 

En cuanto al tratamiento, iniciaremos una recuperación activa desde el primer momento de lesión, utilizando medidas de control del edema y del dolor y programando un tratamiento personalizado.

Tratamiento en la fase aguda (1º al 5º día aproximadamente):

-Crioterapia o aplicación de frio: Aplicación de bolsas de frío o hielo (nunca de forma directa para evitar quemaduras) durante al menos 10 minutos varias veces al día.

-Drenaje linfático: Realizaremos un masaje drenante para mejorar la inflamación y dolor de la zona.

-Vendaje neuromuscular (kinesiotape) o vendaje funcional: Ayudará a la inflamación, a disminuir el hematoma y a la recuperacíon de la lesión.

-Contracciones isométricas y movilizaciones: Movilizar las articulaciones para ayudar a la inflamación y al dolor, a los dos o tres días comenzar con contracciones isométicas siempre que no duela.

-Reposo relativo: No solicitar la musculatura afectada en exceso e intentar, en la medida de lo posible, poner la musculatura en posición de relajación.

 

Tratamiento en la fase de recuperación(5º día a la 4º-6º semana):

Seguimos con el tratamiento anterior a lo que añadimos progresivamente:

-Tratamiento manual del músculo: Masaje y técnicas manuales para relajar el tono del músculo, terminar de quitar la inflamación y el dolor.

-Tratamiento de la cicatriz muscular: Comenzaremos a trabajar la cicatriz de la rotura para que las fibras se vuelvan a organizar de forma correcta evitando así posibles recidivas o molestias en el futuro.

-Estiramientos pasivos y activos: a partir aproximadamente de la segunda semana comenzamos con los estiramientos suaves sin dolor. Progresaremos con estos estiramientos a lo largo de las semanas, respetando siempre el dolor.

-Ejercicios progresivos de potenciación muscular: después de los isometricos seguiremos con concéntricos y posteriormente excéntricos.

-Ejercicios de propiocepción: enfocados tanto en el tratamiento de la lesión como en la prevención de esta.

-Iniciar la carrera: Comenzaremos con un footing lento y siempre sin dolor y a lo largo de las semanas progresaremos con los tiempos, distancias y explosividad de la carrera.

 

Es importante tratar desde la fase aguda la rotura fibrilar para así prevenir los procesos cicatriciales en esta, que suelen provocar dolor y una recuperación más larga y por tanto mayor tiempo para volver a la actividad física o deporte.

 

En la clínica de fisioterapia Fisioduo Aravaca llevamos más de ocho años tratando este tipo de lesiones en deportistas de alto nivel. Por lo que realizaremos un tratamiento personalizado y progresivo, atendiendo las características propias de la lesión.

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